Navidad 2019
Esta mañana, durante el
desayuno, me cayó una gota de café en mi blusa blanca, creando una gran “mancha
oscura”. Ya no tenía tiempo de hacer algo para cambiar la situación, entonces
decidí salir con la mancha en la blusa. En la calle me encontré con unos
amigos, y noté que mientras conversábamos, ellos solo se enfocaban en mi
mancha. Ellos hacían el esfuerzo de poner atención a mis palabras, pero sus
ojos volvían al punto oscuro de mi
blusa, repetidamente.
Yo solía preguntarme por qué los
puntos oscuros, no importa donde
estén ubicados, siempre llaman la atención de la gente. Pero hoy sé que es
porque los puntos oscuros vienen a
interrumpir la normalidad. Los puntos
oscuros no son la mayoría; no son lo común.
Muchas veces estamos mirando
alrededor y enfocándonos en las cosas que no tenemos, en las que no nos gustan,
en las que deberían ser diferente. Solo el lado oscuro de la vida capta nuestra
atención y nos hace sentir agobiados. Pero la verdad es que lo bueno, lo claro, la luz es la mayoría.
Hay más alegría que tristeza. Hay más días con salud que enfermedad. Hay más
belleza que fealdad. Hay más gente tratando de dar lo mejor, que tratando de
dar lo peor.
Doy gracias a Dios por hacerme
caer en cuenta que la vida está llena de puntos
claros. Por eso cada que un punto oscuro aparece, y no hay nada que hacer
acerca de ello, yo miro alrededor y busco por lo menos tres de esos "puntos luminosos"… esos “puntos luminosos” que hacen nuestra
mayoría, nuestra realidad, nuestra normalidad.
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