por Patricia Gaviria
El artista: un joven Colombiano, residente en
Australia, llamado Julián Clavijo Soto; el nombre de la obra: Siria. ¡Wahoo! ¡Que trabajo tan hermoso! - pensé.
Luego, al prestar un poco más de atención, percibí
que había algo más. Había un chiquillo con ojos enormes que reflejaban una imagen
en frente de él… una imagen que parece chocar bruscamente contra su mente
joven… una realidad cruel que produce miedo expresado en la lágrima que rueda
por su mejilla. Más, sin embargo, la verdadera naturaleza de la niñez, la divina
energía que vive dentro de cada niño y gesta el instinto de permanecer vivo, le
da la fuerza para crear una sonrisa fina y grande que contrasta con sus asombrados
ojos. Él se reúsa a aceptar el mundo circundante y su mecanismo de defensa es
la alegría. ¡Wahoo! Ésta es más que una pintura, ésta es una descripción del
alma – me dije a mí misma.
Como autora del libro “Volver a Ser Feliz… Venciendo
la Depresión con el Cuerpo, la Mente y el Espíritu” y siendo promotora del
crecimiento personal, yo, conozco muy bien la importancia que el arte tiene
para los seres humanos al buscar sentirse bien mental y emocionalmente. Pero el
arte tiene que tener ciertas condiciones, debe poner a la gente en pleno
contacto con las emociones y abrir un diálogo entre el creador y el espectador;
si éste no es el caso, el arte pierde todo el poder de elevar nuestra alma. Julián
Clavijo Soto es un artista genuino, que no importa el medio que utilice -pintura, diseño gráfico, arte público o
escultura-, él siempre va más allá de la superficie y toca el corazón de los
espectadores.
¡Julián Clavijo no es solamente un pintor… Julián Clavijo Soto es un pintor
del alma!
para más información acerca del artísita www.julianclavijo.com
para más información acerca del artísita www.julianclavijo.com
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